
En la antigua Grecia el «temenos» era un espacio delimitado que estaba reservado como un lugar sagrado. Siglos mas tarde el genial G.C. Jung relacionó al «temenos» con el «círculo mágico», con el «mándala», que no es más que el arquetipo del sí mismo. El «sí mismo» cuyo símbolo es un círculo limita con su circunferencia el interior del exterior. El espacio interior es un terreno sagrado no tangible.
En el aprendizaje de un instrumento musical, nuestro espacio de práctica se vuelve nuestro temenos, tanto en el valioso tiempo dedicado a la práctica, como en la práctica en si misma, ya que esta nos conecta con nuestro interior.
Como es adentro, es afuera.
Es importante que cuidemos nuestro temenos. Cuando lo limpiamos y lo ordenamos no solo preparamos el espacio físico para una práctica sin distracciones e interrupciones sino que nuestra mente se limpia y se ordena poniéndose en sintonía fina para entrar en el plano de la creatividad y la concentración.
Es también en este temenos donde el maestro y el alumno se juntan a descifrar el misterio de la música.
Estamos muy agradecidos con Caro!!! Por ser una profesora con una metodología muy divertida y que hace que los niños se conecten con el piano de una forma muy interactiva, estamos muy agradecidos por la paciencia y su forma de enseñanza. Reconocemos el esfuerzo y amor diario al impartir sus clases, y sabemos que es una profesora maravillosa! Le deseamos todos los éxitos en su carrera musical.